Predominaba el silencio por encima de los murmullos provocados por el señor que era su dueño, al igual que sus hijas que estaban jugando en el patio de su casa, una se subió a un árbol, por manzanas y la otra, al árbol de naranjas. El señor las tomó de la mano y cayeron las frutas rodando, mientras se esfumaban.
Ángela Meneses Sánchez, 10 años.
Escuela Urbana 13 de Septiembre
Instructora. Magdalena Zúñiga
viernes, 13 de noviembre de 2009
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