jueves, 12 de noviembre de 2009

EL PERRO


Asumí que ya no le quedaba otra opción: correr hasta que las fuerzas se le acabaran porque lo estaba persiguiendo un perro, iba gritando: ¡Me quiere morder, sálvenme!
En un callejón se escondió y esperó hasta que el perro se fuera, pero no se iba.

Llegó el atardecer y todavía el perro estaba ahí, esperando a que saliera el que creía era su dueño.

Violeta Pineda Hernández (4to grado)
Primaria Urbana Estatal 13 de Septiembre.
Instructora. Magdalena Zúñiga

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